miércoles, 19 de agosto de 2015

Reflexiones de la fotografía en la época contemporánea.

Si bien con la entrada anterior ya vamos un tanto encaminados en preceptos de Baudrillard, me gustaría arrancar este post con una frase del libro The System of Objects: 
"La Fotografía quiere jugar a liberar lo real de su principio de realidad, al otro (refiriéndose al sujeto) de su principio de identidad, la reversibilidad es esta oscilación entre la identidad y el extrañamiento que abre el espacio de la ilusión estética, la des-realización del mundo, su provisional puesta entre paréntesis."
Esta frase es intrigante ya que en el momento en que la leía a compartir el interés de querer entender a la imagen, de ver al signo y como se desarrolla en la sociedad de consumo, y empiezo este post de esta manera después de leer el Artículo de Adólfo Vásquez Roca titulado "La Metástasis de la imagen". Y con ello me planteó ciertas incógnitas ¿será verdad que la sociedad contemporánea esta consumida por el signo?  y de ser así ¿Lo real existe por voluntad del signo? y el ¿Porque se cree que la indiferencia gira entorno al vacío de la imagen?

Creo que la fotografía en esta era representa demasiadas cosas ya que se ha vuelto objeto de canasta básica y ya que no poseo mucho conocimiento en el campo de la fotografía en el arte contemporáneo, comenzaré observando el fin del milenio, y su vinculación con la imagen, como una anticipación desesperada y cargada de nostalgia producida por los efectos de las tecnologías de comunicación, la imagen se vuelve un diseño emotivo cargado en la memoria. Actualmente es tan fácil tomar una foto, tienes la tecnología al alcance de tus dedos, tan curioso como despertar y tomar tu teléfono smartphone y así disparar una serie de fotos, de las cuales solo una será la afortunada de subirse a Facebook o Instagram por medio de una lluvia de hashtags que marcan la tendencia pretenciosa de filtrar y encasillar la imagen en elementos reproducibles y consumibles en los medios; pareciera que uno se vincula a su propia tecnología, el teléfono se vuelve un medio indispensable de vida y más rápido se abre y cierra el obturador de la cámara del teléfono, que lo que tu pestañeas para abrir tus ojos y enfrentarte a tu realidad, la ilusión del autómata y esta obsesión con la robótica podría definirse en la fusión de el ser humano y su tecnología, en esta hipermodernidad y recalco en esta sociedad de consumo ¿a que grado hemos vinculado nuestro ser con estos artefactos?. Entonces podemos creer la frase de Baudrillard la fotografía esta liberando lo real ¿por que? porque lo esta llevando a una realidad inmediata virtual, así como también al sujeto se le despoja de su identidad, seleccionándola a través de la repetición de signos cayendo así en los filtros que agrupan una imagen por las cualidades del individuo, formando una repetición estática.   

Se tiene una tendencia por decirlo todo, se expone, se expresa, se reproduce y consume de una manera tan rápida que todo adquiere fuerza de extroversión y deviene en el signo. ¡Que rayos! es decir, aprendimos a consumir el mundo detrás de una cámara y vivimos las mejores experiencias de la vida a través del obturador; se le atribuye una frase a Salvador Dalí que dice "la fotografía está realizada por el ojo mecánico creado por el hombre" más si aprendemos a consumir nuestra realidad del día a día a través de ese ojo ¿que nivel le damos a la imagen? confluimos en una hibridación de hombre-máquina y es curioso recalcar los fenómenos de consumismo en el arte, ya que actualmente uno va al museo/galería para apreciar la obra y consumirla a través de la cámara del celular, esto va reinterpretando paradigmas y el medio debe adaptarse a las nuevas necesidades de la audiencia y la mercantilización de la imagen. Funcionamos de tal manera que el paradigma de si un árbol cae en un bosque y nadie lo escucha, ¿en realidad hizo ruido alguno? en esta época me gustaría replantearlo y formular lo siguiente: si fuiste a cierto lugar o cierto evento, pero no tomaste foto o no hay evidencia en imagen de tu estancia, ¿en realidad fuiste?

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